Pedimos menú Gastrotapas. 35 euros. 8 tapas saladas y 2 dulces.
Antes de ello una cerveza.
Empezamos con Mantequilla, sal de himalaya, sal ahumada y aceite de aberquina 100%.
El primero de los platos.
Sardina marinada con sofrito de tomate , parmesano y aceite de pesto. Realmente bueno. El sabor de las sardinas realmente tremenda.
Después pasamos a una ensaladilla "Rusa" con bonito y pulpo. Algo insipida, o con exceso de patata, pero las verduras blanqueadas aportaban frescor y suavizaban el plato.
Tercer plato, buñuelos de bacalao, aunque con una presentación excelsa, la fritura no estaba crujiente. Se acompañaba de una mayonesa de ajo.
Siguiente tapa, huevo a baja temperatura con caldo de ave, pan y cebolla caramelizada
Continuamos con un sandwich de jamón ibérico , mozzarella de bufala y aceite de trufa. Algo no muy comprendido en un menú degustación, después de un foie. Pero estaba bueno.
La última "tapa" salada, era un rabo de toro con espuma de patata, un plato muy fuerte, demasiado exceso de carbo hidratos al final del menú.
Pasando al mundo dulce, entramos en uno de los mejores platos, o el mejor de ellos. Naranja y azafrán. Increíble.
El último de los platos , segundo postre, fue chocolate, aceite de oliva, sal y pan
El servicio de vinos correctisimo. Muy bien atendido. Pero la conclusión es que el menú , se hace un poco pesado y se echa en falta toques ácidos para limpiar la boca así como reducir un poco el exceso de patata y huevo.
Increíble maridaje con el postre de naranja y azafrán.