Dice así
Como ya hemos visto en otras ocasiones, el plagio chino es capaz de cualquier cosa, dentro y fuera de sus fronteras. En el caso de los países occidentales, desde hace tiempo, abundan los productos llegados del país oriental, a menudo burdas imitaciones de escasa calidad, pero a precios irrisorios. Ropa, complementos o colonias son algunos de los artículos “copiados”. Muy pronto, este surtido puede verse ampliado con jamones ibéricos.
Tal y como podemos leer en la bitácora “Directo al paladar”, hace algún tiempo que los empresarios chinos estudian la forma de copiar un elemento tan característico de la gastronomía española. Y, al parecer, ya han encontrado la fórmula para producir jamones que se parecen, al menos en su aspecto exterior.
Eso sí, en lo que respecta a la calidad y al sabor la diferencia es notable, aunque, según el blog, el producto oriental podría engañar a un paladar poco experto o no acostumbrado a degustar los siempre apetecibles sabores del cerdo ibérico.
Los empresarios españoles sospechan que el Gobierno chino pudo haber copiado sus métodos de producción del jamón durante una inspección realizada en 2008 por un grupo de técnicos orientales a algunas de sus fábricas. El objeto de esa visita era comprobar las condiciones de fabricación del producto para autorizar su exportación al país asiático. Pero a comienzos de 2010, los primeros jamones chinos desembarcaban en el mercado.
La principal preocupación de los productores españoles es que estos jamones chinos, elaborados con cerdos de razas similares al ibérico y un tiempo de curación mucho menor, se extiendan por el resto de países asiáticos y acaben expulsando su producto, de mayor calidad pero mucho más caro.
De momento, parece difícil que encontremos alguna de estas piezas en un establecimiento español, ya que los consumidores están muy acostumbrados a la excelente calidad del producto nacional. Pero en situaciones de crisis como la actual, nadie descarta que dentro de unos años a la hora de comprar jamón busquemos el más barato. Aquel cuya etiqueta indique “made in China”.
Sinceramente... Me quedo de piedra